Aparentemente - yo no estaba allí en ese momento - la primer cosa viva que salió del agua y pudo seguir su existencia en la tierra fueron algunos líquenes, hace unos 430 millones de años. Los líquenes son una suerte de asociación entre un alga (verde o azul) y un hongo. Parece ser que a continuación - pero ahí nomás - vino el musgo, a partir de algas verdes "anfibias", capaces de hacer las cosas al revés que los pulmones, con unas cositas llamadas estomas que permiten la entrada de anhidrido carbónico y salida de oxígeno; musgo que reconozco no se parece mucho al pastito de un cancha de golf, pero poéticamente puede ser considerado casi como hierba.
Acá terminaría mi parlamento de hoy, habiendo llegado al motivo original; pero no resisto contarte que de ahí en más toda clase de plantas pulularon, y apenas unos 50 millones de años depués (hace unos 380 millones) salieron del agua y se adaptaron a la tierra los primeros invertebrados. Gracias a que las plantas escupieron considerables cantidades de oxígeno, los pulmones empezaron a ser útiles, y animalejos de todo tipo ganaron los continentes. Por ejemplo, hace 260 millones de años fue la época de los terápsidos, bastante olvidados por los filmes de terror, pero lo suficientemente feos como para no merecerlo. Y los dinos propiamente dichos, llegaron digamos hace unos 225 millones de años, y ya podían darse el gusto de pisotear cucarachas.
Los dinos - sus múltiples especies - comían toda clase de plantas, y también y por qué no, a otros bichos diversos, incluídos parientes y hasta huevos de parientes, un espanto. Ahora bien, parece ser que los mejor dotados intelectualmente se alimentaban exclusivamente de berenjenas, y se supone que estos son los antepasados mas remotos de los filósofos actuales, quienes, tal vez por la misma ancestral razón por la que los hijos tantas veces discuten con los padres, niegan enfáticamente que cualquier referencia a la oscura hortaliza (que no legumbre, evitando contradecir a algunos) pueda llevar implícita carga alguna de intelectualidad, reflexión o profundidad de miras, siendo su simple mención más bien chascarrillo propio de servidumbre, villanos de pulpería o patanes mal entretenidos.
Termino acá, esperando no haberte aburrido más de la cuenta.
.edu, saboreando el Jurásico
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